domingo, 31 de julio de 2011

¿Cuándo te das cuenta...

...de que estás realmente cansada?
Cuando te sale una ampolla en el tobillo por dejarlo sobre la bolsa de agua caliente mientras dormís, sin siquiera notar que te estás quemando. La ampolla en cuestión mide más de un centímetro de diámetro. Y duele. En cuanto a la bolsa de agua caliente, durante muchos años bardié a mi amiga MEK, tildándola de vieja chota o rara por dormir con la bolsa. Hasta que, durante mi convivencia con ella, me compré una tentada por la felicidad que le generaba el contacto con la bolsa. De la misma marca, y del mismo color que la de ella, para no introducir variables que pudiesen alterar el resultado de su utilización. Seguí los consejos milenarios de su padre, hasta dónde llenarla, cuál debe ser la temperatura del agua, usos múltiples, etcétera. Es lo más. La bolsa de agua caliente ES LO MAS. Para el frío, el dolor de espalda, el dolor menstrual. El próximo plan es tejerle una funda de crochet, y ahí si, LA GLORIA. A todo esto, en mi plan de promocionar el uso de la bolsa y difundir felicidad, ya contagié a mi otra amiga MLF durante su estadía en mi casa. Como un dealer le dije: ¿probaste la bolsa de agua caliente? tomá, por esta vez te la presto. Y chau, cayó, si no se la compró debe estar en eso. Y al igual que yo, tuvo que disculparse con MEK y admitir su sabiduría bolsística.

domingo, 24 de julio de 2011

lo lindo

Qué linda que es mi casa un domingo de sol. Con olor a aire rico y silencio de sierras. Y María Elena cantando para Juan, mi gordito chancho, tranquilo en el cochecito hipnotizado con sus juguetitos mientras se tira pedos. Preparando todo para un asadito, con el viento que hace sonar el carrillón. Y un abrazo y unos besos de él de vez en cuando. Y todo lindo.

viernes, 22 de julio de 2011

de eso no se habla

Hasta ahora no quise escribir seriamente sobre la maternidad. No se exactamente por qué preferí conservar el blog "out-of-maternity". Tal vez un intento por no caer en lugares comunes (y eso me convierte en una piola forzada), tal vez porque la maternidad ocupa toda mi vida y quería un espacio inalterado, algo que no se haya modificado, que siga igual. Tal vez (y esta debe ser la opción más verdadera), porque no me daba la cabeza del cansancio para ponerme a reflexionar. Ahora bien, llegó el momento de sacar los trapitos al sol. Hermoso tener un hijo, te cambia la vida, es la persona más (vertiginosamente) importante del mundo, lo amo como no pensé que se podía, etcétera. Si, si, escribí etcétera. Porque no me interesa explayarme sobre lo meloso y maravilloso de la maternidad, sino sobre la siguientes cuestiones: ¿por qué carajo NADIE te avisa que la vas a pasar realmente mal los primeros meses? ¿es una especie de acuerdo tácito entre las madres no avisar que una puede llegar a trastornarse mucho? ¿es indigno decir que la maternidad no es completamente maravillosa? ¿solo está permitido hablar del tema sueño?. Escribo esto luego de hablar con muchas madres que pasaron por lo mismo y terminaron diciéndome "nadie te avisa que es así". Y lo mismo pienso yo. Nadie te avisa. Parece algo impropio sentirse sola, aburrida, desmemoriada, desaliñada, panicosa por esa responsabilidad enorme e infinita. Al menos a mi me hizo sentir muy culpable no estar pasándola del todo bien los primeros tiempos (y aún, luego de 3 meses, no canto victoria). Y luego del chiste fácil de "la culpa judía", mi amiga N me dijo: "es normal el instinto asesino hacia el hijo, lo que no es normal es asesinarlo de verdad". Ahora me acuerdo de mi hermana advirtiéndome que los hijos me podían llegar a sacar de quicio hasta generar pensamientos muy violentos cuando yo le decía que quería tener 4. Curiosamente no hablé de la parte amarga de la maternidad hasta que consulté con madres recientes -y no tanto- sobre mi estado. Es como que si no sacás el tema, nadie habla de lo malo. Como si fuera inadmisible. Decidí escribir este post después de que ayer, mientras festejaba el día del amigo, una madre me dijo exactamente esto sin que yo tenga que sacar el tema. En fin, ¿qué onda, madres?, expresen su descontento también, que eso no quita el amor inmenso e infinito que genera un hijo.
Después de lo que acabo de vomitar en este humilde acto, y para sanar mi culpa judía, tengo que decir que amo a mi hijito, que es un sol, un chancho bola de amor.

martes, 12 de julio de 2011

los ignorantes

Los ignorantes de la CABA ignoran el frío de un loco del Borda. Una patota cagando a trompadas a una embarazada de madrugada porque tuvo la desgracia de vivir abajo de un puente, y eso es antiestético. Un alumno que en el aula no piensa en estudiar sino en cómo se caga de frío y en lo incómodo que resulta escribir con la campera puesta, con suerte, si no se le viene el techo encima. Ignoran a un médico que trabaja meses y meses sin ver un peso, aunque sostenga este sistema de salud pública. Ignorar, ignorar, ignorar, sigue la lista. Se cagan en el otro, cómodamente, desde la seguridad del colegio bilingüe y la prepaga. No escribo esto con bronca, sino con tristeza. Qué feliz que me hace en estos días vivir en AG.